Voy a pedirte un pequeño favor, recuérdame que viva siempre el momento como a mi me gusta, saboreándolo segundo a segundo. Recuérdame, cuando me pare y no quiera andar, que Sienta la vida, que no deje de palpitar en ella cada instante de mi existencia. Recuérdame que, sin abandonarlo nunca, no me refugie tanto en la lectura y acordes y salga a tirarme por la pradera verde de la alegría para divertirme y reír sin parar. Recuérdame que viva cada momento único como algo tan fuera de lo común que me parezca el sueño más increíble a la hora de rememorarlo. Disfrutar y Sentir la belleza de la vida en cada momento es lo que no quiero que se me olvide. Floto por aquí y por allá sin aterrizar en ninguna parte, sin tener los pies en la misma tierra que los demás. Voy recogiendo momentos llenos de pellizcos que me aportan instantes de felicidad, por eso recuérdame que los viva intensamente para nunca jamás olvidar. No importa haber llorado mucho ya que las lágrimas vuelven los ojos más claros para escrutar mejor las estrellas y más profundos para saborear dulcemente los momentos de cada día. Habito en mi con una mente inquieta que no se contenta con lo predecible, que piensa que puede no haber un momento siguiente, siempre esta entre el conflicto y el caos esperando el momento impredecible que me devuelva el aroma intenso de una suprema vivencia.
Por eso te pido que, si alcanzas a ver que en mi propio caos se me olvida, me recuerdes que no deje de Sentir la Vida….
“Si uno avanza confiado en la dirección de sus sueños y acomete la vida que se ha imaginado para sí, hallara un éxito inesperado en cualquier momento.”
– Waldem. Henry David Thoreau –